sábado, 17 de noviembre de 2018

Un simple banco

Un banco ofrece un lugar donde hacer una pausa en el camino para descanso de las piernas y también del alboroto mental. 
Una pausa en la que abrir los ojos, cerrarlos y escuchar los sonidos de cascadas, aves, olas, viento entre las hojas, pasos, silencio,… abrirlos de nuevo, cerrarlos y aspirar olores de madera, mar, hierba mojada, flores extrañas,… volver a abrir los ojos y fijar en la memoria una imagen viva. 
Un banco acoge tus penas y a cambio te regala sosiego y presente, te conduce a un estado de recogimiento y te agiganta los sentidos y el alma.
Un banco siempre es generoso.
Yo he visto cosas maravillosas desde un banco. Y si hubiera podido me habría quedado durante toda una eternidad sentado en alguno de ellos.
Estos de aquí son bancos escoceses. Desde la orilla de lago Ness, pasando por la islas Orcadas, islas Shetland, playa de Durness, el castillo de Eilean Donan.
Hay lugares de dónde debería estar prohibido marchar. Poder quedarte siempre contemplando algo tan bello.
Hay algo más simple y mágico que un banco?




















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