miércoles, 24 de noviembre de 2010

Perdiendo el sentido

Desde hace bastantes años encuentro en España un clima de deterioro social que se ha hecho evidente por completo con la crisis económica. La cuestión, es cómo se valora el conocimiento y la educación en un país. Algunos dicen que qué habremos hecho la generación que peina canas para que los jóvenes vengan con esa actitud. Pues sí, hemos hecho mucho para eso, en mi opinión. Hemos mostrado ejemplos de enriquecimiento rápido y fraudulento, hemos desarrollado modelos de jóvenes en televisión que triunfaban desarrollando torpemente algunas cualidades que ni siquiera se mejoraban (cantar, bailar). En el terreno político la culminación es Zapatero, un hombre aparentemente bienintencionado en principio, que ha decantado toda su acción política, finalmente, hacia la mera imagen, sacrificando cualquier ideal a la imagen y el poder. De manera que los jóvenes ven un futuro de estrecheces económicas sin cuento, donde los que peinamos canas nos hemos enriquecido a base de pelotazos urbanísticos, corrupción política, sin mirar al futuro ni desear otra cosa que sacar tajada cuanto más y mejor. A ellos les hemos dejado una hipoteca imposible, una falta de proyectos económicos de futuro, empleo inestable, explotación laboral, vivir en casa de los padres hasta los 40, etc. ¿Qué afán de conocimiento van a tener? Lo raro es que algunos mantengan la curiosidad intelectual por algo que no sea tener pareja, ganar dinero, sacar un título sin esfuerzo y divertirse. En fin, somos en gran parte responsables de este clima en la educación pero, para mí, eso no justifica el dejarse llevar, la desidia personal... En situaciones de crisis social y económica como ahora, hay que levantar la cabeza y plantar cara a aquello con lo que no estás de acuerdo. Por eso algunos saldrán adelante y podrían crear algo distinto en el futuro y muchos otros se quedarán en el camino como elementos inútiles que ni cambiarán sus vidas ni camparán nada de lo que les rodea. En las aulas se está construyendo la futura generación en España. Su clima de deterioro en valores, empuje, deseos de cambio, condicionarán el futuro de este país.

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