viernes, 5 de abril de 2013

Taxi driver


Las grandes películas suelen serlo porque cuentan con grandes talentos en su producción. Un ejemplo en "Taxi Driver" es la banda sonora, a cargo de Bernard Herrman, compositor famoso sobre todo por sus trabajos con Hitchcock, como "Psicosis" o "Vértigo". Aquí Herrman da un giro a su carrera, metiéndose en veredas jazzísticas que nunca antes había transitado. Feliz por el resultado, todo indicaba que el compositor sería capaz de realizar nuevas obras diferentes, abriendo su campo de estilo. El problema fue que horas después de terminar la grabación de esta banda sonora, Bernard Herrman murió en su cama mientras dormía. La música de "Taxi Driver" se convirtió así en su testamento, o en su propio réquiem.

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