domingo, 17 de agosto de 2014

Castillo templario de Miravet

Miravet o, mejor dicho, la parte más pintoresca de Miravet ofrece una estampa excepcional. El río Ebro, en primer termino, que se curva suavemente. Las casas que, discretamente y de forma harmoniosa, se enfilan montaña arriba rodeando la vieja iglesia de la Natividad- barroca y de líneas sencillas- y, en la cima, un castillo impresionante y todavía sólido, protector y distante…
Este castillo que ofrece una panorámica esplendida, fue uno de los reductos más importante árabes y, posiblemente, lugar de asentamiento de una antigua fortaleza de la época romana. Conquistada el 24 de agosto de 1153 por el conde Ramón Berenguer IV,  fue cedido a los caballeros del Temple y, posteriormente, a principios del siglo XIV, con motivo de la disolución, forzada, de esta orden, pasa a poder de los Hospitalarios.
Es, no hay duda, un castillo lleno de historia. Tanto es así que, dejando de lado las vicisitudes sufridas en el curso de la guerra civil del 1936- 39, sufrió directamente, la guerra contra Joan II, la guerra del Segadors, y la de Sucesión, hasta la de los carlistas, en sus diferentes etapas.
La disolución de la orden del Temple (a causa de los pocos escrúpulos del rey de Francia, Felipe IV, el Viejo, y de la debilidad del Papa Clemente V) obliga a Jaume II, el Justo, a actuar, parece que poco convencido, contra esta orden. Los caballeros que residían en el castillo de Miravet resistieron un asedio de diez meses, pero finalmente se rinden sin que, al menos físicamente, le fuesen inflingidos, a diferencia de lo sucedido en Francia, ningún daño.
La leyenda dice que en la denominada plaza de “la sangre”, del castillo de Miravet, fueron asesinados, el 28 de diciembre de 1308, todos los caballeros del Temple que se rindieron, y que cada año, en esta fecha, los fantasmas de estos caballeros, a las doce en punto de la medianoche, hacen acto de presencia… Otra, si no leyenda, si anécdota curiosa, tiene relación, en este caso, con la guerra civil española y hace referencia a la fotografía, tan popularizada, que muestra las tropas republicanas, muy bien equipadas, cruzando por el vado el Ebro, por Miravet, la madrugada del 25 de julio. Se ha dicho que en aquel punto no existía vado alguno, aunque no puede descartarse la posibilidad que las tropas fuesen desembarcadas en un punto donde el agua fuese poco profunda antes de llegar a la orilla contraria, también se dice que esta fotografía pertenece a una película rodada, con objetivos propagandísticos , al dia siguiente de haberse realizado el paso del rio Ebro, o sea el 26 de julio, cuando ya los combates tenían lugar a Vilalba de los Arcos y a Gandesa.
Pero el verdadero misterio que encierra el castillo templario de Miravet, es que a día de hoy, todavía los arqueólogos no han encontrado donde enterraron a los caballeros templarios que murieron allí. Así que en algún lugar del castillo, o de los alrededores, los caballeros descansan a la espera de que alguien los encuentre.














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