viernes, 3 de marzo de 2017

Y escribo para callar al silencio. 
Escribo, 
porque mientras lo hago siento cómo me voy desangrando y luego me curo....

Dicen que a la tercera va a la vencida, 
y ya voy por la séptima guerra. 
Tengo la boca llena de miedos, 
por eso me cuesta hablar claro. 
Aún no he decidido si es mejor tragarlos pero tampoco me veo capaz de escupirlos.

Tengo la piel llena de recuerdos y las manos cansadas de apuñar fracasos. 
En mis ojos están escritos los momentos más significativos y tras de ellos mis duros tormentos. 
es fácil convencerse que todo marcha bien, disfrazo lo malo para que veas lo que quieres ver, y si me miras bien sentirás las penas bajo mi piel y un corazón lleno de ojeras por no dejarlo descansar....

Soy experto en abrirme heridas viejas y tomarme algún trago...
Supongo que de cerrarlas ya se encargaran en otro lado.
Duermo con muchas dudas sobre la almohada y tengo la manía de esconder las pesadillas bajo las sábanas. 
Ojalá nadie mire. 

Soy la peonza que después de mil intentos se autoconvence en cada vuelta de que caerse forma parte de su giro. 
Soy el salto de un valiente, siendo consciente de que el impulso que le lleva a lo alto puede ser el mismo que le arrastre hacia abajo....

Que al final de nada sirve si vine, vi y vencí pero no luché.

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