lunes, 14 de enero de 2019

George Eastman

El 14 de marzo de 1932 la prensa se hacía eco de las frustradas gestiones para liberar al hijo de Charles Lindbergh. En Nueva York un hombre de 78 años, millonario, con una enfermedad degenerativa que le impedía caminar, escribió una nota: "Mi trabajo está hecho ¿para qué esperar?". Luego tomó un revólver y, apoyándolo en la sien, disparó.

Moría así George Eastman, el hombre que cambió para siempre el mundo de la fotografía. En 1888, con 34 años, registró la marca Kodak y la patente de la Kodak 100 Vista. La comprabas por 25 dólares y podías hacer 100 fotos, después de lo cual se enviaba a la casa Kodak para revelarlas. Tras pagar 10 $ más, te la volvían a enviar cargada con otras 100 fotos.

Si la facilidad del procedimiento (para su época) popularizó como nunca la fotografía, la introducción al año siguiente del carrete de celuloide que podías instalar tú mismo, hizo que la venta de cámaras alcanzase números astronómicos. Todo el mundo quería una, todos querían mostrar sus fotos. El mundo digital aún tardaría más de un siglo en relevar aquel prodigio.






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